Moon Sharma es responsable de la asociación Tara Projects, Presidenta de Emaús Asia y Vicepresidenta de Emaús Internacional. Con ocasión de la celebración del 50º aniversario del Manifiesto Universal en Berna (Suiza), nos habla de la pertinencia del manifiesto en la actualidad, en relación con las realidades del mundo contemporáneo.

«En 1969, la declaración del Manifiesto Universal fijó el rumbo que nos permitiría avanzar. Hoy, 50 años más tarde, el Manifiesto sigue siendo tan oportuno e importante como lo fue en su momento. En la actualidad, el mundo asiste a graves problemas de pobreza, a la supresión de derechos humanos y a distintas formas de injusticia, intolerancia y discriminación. Todo esto deriva en una violencia sin precedentes. También estamos asistiendo al fortalecimiento de las fuerzas fascistas y fundamentalistas. La explotación y el debilitamiento de los valores humanos están al orden del día. El consumo irresponsable nos ha llevado al borde de las emergencias climáticas. Por lo tanto, hoy en día el Manifiesto Universal es más relevante que nunca.

Nos recuerda nuestra convicción de que solo el amor y el respeto mutuo pueden unirnos y hacernos vivir una vida digna. El manifiesto estableció el objetivo de combatir las causas de la pobreza y las injusticias sociales, para que cada persona pueda vivir en armonía, en paz y de manera digna. Es una garantía de que, al salvar a otras personas, te salvas a ti mismo. Como miembros del movimiento, tenemos la obligación de ayudar a quienes son menos afortunados, es nuestra responsabilidad y nuestra enorme tarea como miembros de este movimiento. Tenemos que respetar nuestro compromiso y mantenernos unidos en nuestras convicciones y en nuestras acciones. Solo de esa manera conseguiremos cambiar el mundo.

El Manifiesto Universal es un hito para nuestro movimiento. Es un documento que fijó valores y reglas para todos los grupos del mundo: trabajar con los más desfavorecidos y mejorar sus vidas, acoger a las personas sin discriminación y ayudarlas a superar su situación de vida vulnerable, respetar a la gente y su dignidad, proteger nuestro medio ambiente, luchar colectivamente por una economía solidaria, compartir nuestros recursos y asegurar la igualdad social y la sostenibilidad medioambiental, promover la solidaridad en las acciones de la sociedad civil, y defender los recursos comunes por un mundo mejor para las generaciones futuras.

Ante las realidades actuales y los desafíos comunes que afrontamos, cada persona que forma parte del movimiento Emaús, esté donde esté, debe trabajar de forma solidaria. Solo de esa manera conseguiremos cambiar el mundo».

 

Fuente: Emaús  Internacional

Foto: Brigitte Besson